miércoles, 21 de septiembre de 2016

,,,,

Guía para escribir una carta de amor cuando amas a alguien de verdad

Cada letra que se extiende en el lienzo, cada sílaba y vocal que transforman la tinta en un mensaje eterno nos hacen vivir más allá de nuestro cuerpo. En las letras encontramos esa forma de expresar lo que hablando nunca podríamos. Hoy, las cartas de amor están subestimadas. En la época de “LOL”, los emojis y emoticones, la pantalla digital ha sustituido las cartas de amor y la pérdida es gigantesca, pues escribir una carta de amor implica poner lo parte de lo que somos en ella, mientras que un texto cumple una función primaria, enviar un mensaje, y éste está codificado por ceros y unos que se transforman en una imagen para la otra persona. Las cartas son cosa del pasado, son un espejo romántico de costumbres antiquísimas y son esos viejos valores los que no deben perderse. Tal como lo escribió Fernando Pessoa, tal vez pensando en su amada Ofelia Queiroz: 

“Todas las cartas de amor son ridículas…
Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.

También escribí en mi tiempo cartas de amor,
como las demás,
ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.

Pero, al fin y al cabo,
sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor
sí que son
ridículas”.





Entre enviados, recibidos y leídos; mensajes sin contestar y efímeras respuestas (“sí”, “aja”, “te amo”, “yo también”) nos predisponemos a leer y escribir cualquier cosa. Despersonalizamos nuestros escritos al dejar de pensar en lo que comunicamos a las otras personas, y en un mundo tan agitado es lógico que debamos contestar lo más rápido y concreto posible, pero, ¿realmente así queremos conversar con la persona que amamos?

“Déjame concluir al decirte esto, he tenido muchas ocasiones de decir a mis otros amigos -mientras menos somos, más podemos amarnos unos a otros”.
Benjamín Franklin
“Llévame con más frecuencia a tu pensamiento y conviérteme en lo que quieras“.
-Renata Schweitzer



“Lo que puede el amor. No pienso más que en ti y cuanto tiene relación con tus atractivos. Lo que veo no es más que la imagen de lo que imagino. Tú eres sola en el mundo para mí”.
-Simón Bolivar

En su libro “How To Write Letters”, Willis Westlake explora la amplia figura del arte epistolar y en ella bosqueja algunas reglas, desde las cartas para suscribirse a una revista (el libro fue publicado en 1876), hasta las cartas íntimas para seres queridos. Él aborda tres características que cualquier carta debe llevar:

Excelencia suprema

“La excelencia suprema de una carta familiar es la naturalidad. Dicha carta debe ser lo más cercana a una buena conversación”.

Estamos acostumbrados a esa pesada forma de escribir en una computadora o en un smartphone, pero si quieres escribirle una carta al amor de tu vida, por favor regresa a la pluma y el papel. Toma la tinta, estira los brazos, dibuja círculos en el aíre, prepárate y comienza a pintar el lienzo como si fuera una obra de arte. Deja que las palabras surjan. No estás haciendo una declaración ante la policía, imagina que estás en un café con esa persona y quieres decirle de forma grandilocuente lo que sientes por ella. Eso debe ir en tu carta.



Pequeños detalles

“No temas escribir los pequeños detalles. Para la persona que nos ama, nada que nos interesa es trivial o aburrido”.

Esos detalles casi metafísicos que no creerías que a alguien le puede importar es justo lo que debe estar en tu carta. Su expresión cuando el sol da directo en su cara, la sonrisa que se dibuja instantes antes de que su característica risa reviente, ésa que podrías reconocer incluso en un concierto rodeado de miles de personas. La regla es simple: Si tienes algo que decir, entonces merece ser escrito. Las cosas triviales unen a la gente y eso crea imágenes, con previas y hermosas asociaciones que hacen olvidar la distancia que te separa de el futuro lector.




Afecto

“Las mejores cartas son dictadas por el corazón y no por la cabeza. Un corazón que ama naturalmente imprime un brillo en la página escrita y ese calor es comunicado por el misterioso poder de las palabras al corazón del lector”.

Una carta de amor expresa tanto que es imposible describir la dicha que se tiene al leerla. Si el efecto es el correcto, más que risas, serán lagrimas las que correrán el rostro esa persona que lee tu carta, pues encuentra en esa página la esencia de lo que siente por ella quien escribió la misiva.

Escribir una carta de amor es complicado por la facilidad con la que debería ser creada. Solamente quienes realmente aman pueden producir una secuencia coherente y honesta que demuestre, a través de una prosa fluida, desinteresada y al mismo tiempo poética, el significado del amor, que es distinto en cada pareja y por lo cual ahí, en la intimidad de dos, debe ser considerado como el real significado de ese sentimiento.

El instante en que la pluma toca la página y la primera palabra se escribe, la mente debe conectarse con la herramienta y dejar que todo emane. En las cartas de amor no existe espacio para el error o el arrepentimiento, todo debe ser sincero y de esa forma, cada palabra estará perfectamente dispuesta para crear la más grande obra de arte que se le puede dar a la persona amada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario