jueves, 6 de octubre de 2016

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6 libros que confirman que el sexo es un arte

Excitarte a través de un relato inteligente de palabras complejas y reales, ritmos variados y un clímax inesperado; o aburrirte con algunas lineas predecibles, de combinaciones ordinarias y orgasmos burdos, depende de una delgada línea que la literatura desafía, ya que escribir sobre sexo es arte, y la palabra puede hacer del erotismo algo tan placentero como insufrible. La crítica se ha encargado de reconocer a Murakami, Kundera, Munro, entre otros autores, como escritores que saben de dónde partir y hacia dónde dirigir el barco sobre el que navega la sexualidad humana y sus más recónditos secretos. 

Las fantasías sexuales que la literatura nos regala ilustran la lujuria y otros anhelos. Los textos eróticos son como pinturas surrealistas que liberan la mente, motivan el alma e inspiran la piel. En las páginas de algunos libros, que logran convertir el sexo en una oda al placer, nos acercamos de manera íntima, a la máxima representación del erotismo. A través de un lenguaje exacto las oraciones que describen el preámbulo del coito fluyen sin miedo alguno y el trayecto que los sentidos recorren hasta llegar al orgasmo se vuelven adictivos.

A pesar de la obra artística en la que se puede convertir un texto erótico, existe la posibilidad de que éste se convierta en un gran error. Los detalles a través de los que el lector experimenta el deseo pueden transformarse en una molestia tan grande como para rechazar una historia completa. Pues el autor es capaz de desnudarnos de pies a cabeza sólo con sus letras o incomodarnos al grado de dejar su libro para siempre.




1. “The Elementary Particles” – Michel Houellebecq






2. “Wind-Up Bird Chronicle” – Haruki Murakami

“Y de nuevo, como antes, me bajó la cremallera, sacó mi pene y lo puso en su boca. La única diferencia fue que ella no se quitó la propia ropa esta vez. Ella usaba un vestido de Kumiko todo el tiempo. Traté de moverme, pero sentía como si mi cuerpo estuviera atado por hilos invisibles. Me sentía cada vez más grande y duro dentro de su boca”.




3. “Less than Zero” – Bret Easten Ellis




4. “The Fermata” – Nicholson Baker




5. “The Woman Who Walked Into Doors” – Roddy Doyle
“No podría tener suficiente de él. Yo estaba cansada y adolorida, pero no me importaba. Yo no quería dormir. Yo quería el dolor. Lo quería a él dentro de mí, todo el tiempo”.



6. “Secretary” – Mary Gaitskill

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