domingo, 14 de agosto de 2016

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Cómo lograr recordar siempre tus sueños

En la antigua Roma, el imperio entero tenía devoción absoluta por los sueños. Estos, aseguraban, podían proveerlos de las más grandes profecías, pues ellos eran capaces de soñar con fantasmas y dioses. Cada sueño podía funcionar como el verdadero motor para crear un imperio, hacer una guerra, formar la memoria cultural, etcétera.

Calígula y Tiberio aseguraron haber visto el vaticinio de sus muertes en sus sueños y con las creencias traídas de Grecia, los romanos aseguraban que podían traer la cura de terribles enfermedades con la técnica de “incubación de los sueños”. Los sueños y las adivinaciones que se daban a través de ellos se consideraron una de las cualidades más importantes de los habitantes. De hecho, de acuerdo con el emperador Augusto, aquellos soñadores debían fregar públicamente los pisos del mercado si decían alguna profecía, ya que éstas debían mantenerse en secreto para el bienestar del imperio. De hecho, muchos intérpretes de sueños que acompañaban las tradiciones de incubación e interpretación de los sueños permanecieron hasta que los primeros cristianos lo consideraron un acto pagano.








¿Imaginas qué hubieran hecho los romanos sin sus sueños? Muchos de nosotros, en el ajetreo cotidiano, simplemente olvidamos lo que soñamos. De hecho, olvidamos el 10% de los sueños después de cinco minutos de caminar y después de 10, el 90% se ha ido. Entonces, la pregunta es cómo podemos lograr que esto cambie y así recordar por siempre nuestros sueños.


Tal vez nuestros sueños no sirvan para hacer vaticinios de guerra, pero siempre es emocionante vivir una aventura que en la vida real nunca podríamos, también lo es despertar y contarle a nuestra pareja el hermoso momento que acabamos de vivir inconscientemente a su lado o simplemente recordar el secreto que podría salvar nuestro trabajo final del que nuestro inconsciente habla mientras estamos dormidos.  Además, muchos aseguran que recordar los que aparece en nuestra mente mientras dormimos es el primer paso para tener sueños lúcidos más adelante.






El primero que tenemos en la noche es el más corto, dura unos 10 minutos, mientras que después de ocho horas de estar dormidos, los periodos de sueño pueden durar unos 45 minutos. Cada noche, todos lo hacemos: tenemos más o menos un sueño cada 90 minutos. Algunos aseguran que nunca lo han hecho, pero eso sólo significa que no los recuerdan.


Según algunos investigadores, tenemos “borradores” de sueños que hacen que las experiencias mientras dormimos sean más complicadas de recordar y aseguran que no podemos retener los sueños a menos que el que duerme se despierte en el momento en el que la acción ocurre.


¿Cómo lograr recordar nuestros sueños?

El primer punto es tener la motivación suficiente para hacerlo: sin cansancio.

Puedes apoyarte de una libreta para tomar un registro de tus sueños. Mantenlo cerca de tu cama y anota cada sueño que recuerdes, aunque sólo sean fragmentos, no sea interesante o no tenga coherencia.


Si despiertas a mitad de la noche y recuerdas lo que estabas soñando, escríbelo inmediatamente. También escribe el contenido preciso de los diálogos de los sueños porque las palabras se olvidan más rápido.

Para que incrementes el recuerdo, mientras comienzas a dormir puedes pensar que deseas recordar todos tus sueños a la mañana siguiente, así tu cerebro se programará y además te ayudará a tener sueños más interesantes y significativos. 

A la mañana siguiente, no olvides preguntarte qué es lo que estabas soñando, en muchas ocasiones nuestros pensamientos se cruzan por atención e interfieren en nuestro proceso para recordar nuestros sueños. Antes de escribirlo, piénsalo y recréalo en tu mente.

No te muevas: mantén la posición con la que despertaste y no pienses en las cosas y preocupaciones de tu día. 


Piensa en todas las experiencias que hayas tenido: estados de ánimo, sentimientos, fragmentos de imágenes… y así, intenta reconstruir la historia. Cuando recuerdes una escena, intenta pensar en lo que sucedió antes, y antes, y antes para reconstruir la historia en reversa. 

Si no recuerdas nada, imagínate un sueño que pudiste haber tenido de acuerdo a tus sentimientos y preocupaciones de ese momento… después pregúntate: ¿Soñé esto?… aunque no recuerdes lo que soñaste, los eventos o escenas de tu día a día pueden recordarte algo que apareció en tus sueños.

Puedes despertar a mitad de la noche, justo en el momento exacto en el que soñabas. Así podrás estar seguro de que recordarás lo que soñabas. Si tu sueño es muy profundo y te cuesta trabajo levantarte, pon tu alarma para que te despierte en el momento en el que se supone estás durmiendo. Según el sueño REM, esto debe ser 4.5, 5 ó 7.5 horas después de que te dormiste. 



Para recordarle a tu inconsciente tus intenciones, puedes leer tu diario 

Si persistes pronto triunfarás y con facilidad recordarás tus sueños: unos cuatro por noche. Una vez que alcances este nivel, no es necesario que escribas todo en tu diario, sólo los más significantes o repetitivos. 

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