Los libros cuyo origen está en el sudor de la frente son aquellos que los escritores apalabrados con los editores de grandes firmas llevan cada seis meses para asegurar sus ingresos de todo el año. El sudor surge cuando se suben a sus automóviles lujosos y el calor que se concentró durante la mañana abochorna al escritor. ¿Acaso imaginabas que estas personas iban a sufrir al escribir? Claro que no, estos seres escriben con los ojos vendados sin importar el sentido de sus letras, porque no importa qué hagan, siempre tendrán el cobijo de una editorial.
En el otro extremo se encuentras los autores que tienen que vender alguna parte de su cuerpo para sostenerse mientras terminan su obra, porque no hay cheques gordos que lleguen cada mes con enormes cantidades de regalías. Los escritores reales tiene que sufrir, agonizar, morir y volver a nacer el día que se decida si su texto es aceptado o no. Cuando lo logra, una vez cada cientos de fases lunares, se está un paso más cerca del paraíso, más nunca adentro. El escritor nunca llega a su meta, siempre se queda a cientos de miles de pasos de la entrada principal, pero así de visceral es la literatura.
Publicar un texto se compara con la Odisea. Se tarda diez años en luchar salvajemente con bestias del profundo Tártaro. Una vez que se consiguió, que se acabó de escribir el libro, restan otros diez años para que el héroe regrese a casa, a la lejana isla de Ítaca. Sí, una década es necesaria para que un editor se digne a publicar un libro. Mientras tanto, viene un largo camino de carencias, dolor, desesperación y demencia. Si tu sueño más grande es ser escritor, felicidades, eres de las mejores personas en este decadente mundo, pero ten en cuenta que viene un tortuoso camino al éxito. Por eso aquí hay algunos consejos para combatir el rechazo, tu siguiente e inseparable sombra.
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El mundo es tan enorme y lleno de humanos tan extravagantes como tú, que sería imposible mantener contento a todo el público, así que ten por seguro que mientras sigas publicando el rechazo de las personas continuará. ¿Cuándo se detendrá? Cuando dejes de escribir, pero de eso no se trata, ¿o sí?
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Sí, es horrible que alguna persona evidencie tu error aunque sólo fuese una imperceptible diéresis en una palabra. Muy pocas se atreven a crear, pero todos, absolutamente todo el mundo tiene una misteriosa necesidad de remarcar y exagerar los tropiezos de los demás. Mejor cambia la perspectiva y agradece que tienes al editor más cruel que trabaja gratuitamente para ti.
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Las publicaciones independientes no siempre son lo mejor, porque autocriticarse puede volverse un acto de compasión más que el de formación. Aguanta de vez en cuando la visceral cuchillada de los demás. Recuerda, lo que no te mata te hace más fuerte.
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El camino será muy doloroso, acéptalo de una vez. Si comienzas a evadir desde el inicio los malos tratos no llegarás muy lejos. Sartre decía que las verdaderas enseñanzas de vida llegan mientras te revuelcas en la tierra. Por supuesto, tiene razón y la literatura sigue ese camino.
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El rechazo de un texto es como un duelo: comienza con la negación e ira; continúa con la negociación y depresión; por último, llega la aceptación. No es de extrañarse que los más grandes escritores, también sean los más grandes alcohólicos.
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Nunca te tomes personal un rechazo. Ten claro que nunca es hacia tu persona, tu carisma encanta a cualquiera y tu sentido del humor es envidiable, pero quizá tu trabajo, lo que escribes, es lo que necesita refinarse. Aún así, tu eres genial.
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Si ya estás en una racha de rechazos, tienes que aprender a diferenciar los diferentes tipos de “no”. La negación de tu trabajo puede que se deba a la historia, personajes, estructura o estilo. Al ser rechazado nunca te dicen qué fue exactamente lo que desencantó, mejor descúbrelo tú.
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Durante tu carrera tendrás cientos de rechazos y como nunca te vas a rendir, tienes que entender que algunas negaciones no son por culpa tuya. Hay ocasiones en las que los editores no tienen tiempo de leer tu texto y tiene un “no” por automático. Es difícil, pero con el tiempo sabrás cuáles fueron los rechazos por falta de “tiempo”.
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Algunos de los rechazos vienen acompañados por palabras destructivas. Te dicen toda clase de adjetivos negativos y pueriles cuando tú hiciste el mejor esfuerzo posible. Nunca te dejes vencer ante las palabras agresivas, uno nunca sabe cuándo el editor tuvo un pésimo día y se desquitó contigo. Ser escritor también significa ser tan duro como una piedra por dentro.
A estas alturas parece imposible ser escritor, mejor da click aquí y conoce la manera de escribir y no morir en el intento.
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Desecha los rechazos que parecen ser muestra de un acto automático y aprecia aquellos que fueron acompañados por un comentario que explica las causas y además te aconseja de alguna manera. Tal vez aún no te topes con uno de estos, pero llegará y hará que todo valga la pena, aunque sea sólo un poco.
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Así como la literatura es libre porque inicia en lo más profundo del ser, los rechazos son una decisión subjetiva acerca de tu trabajo. Si crees que tu texto es bueno, tal vez el rechazo fue porque simplemente no congeniaste con la persona que te leyó, pero intenta de nuevo y habrá alguien que se identifique con los sentimientos que plasmaste.
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Sí, muchas cosas no dependen de ti, pero hay otras que son toda tu culpa. Tampoco creas que nadie te comprende y tus ideas son superiores a la de los demás. Reconoce que en muchas ocasiones un rechazo es por tu culpa. Acéptalo y mejóralo.
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Puedes tomar el rechazo de dos formas: tu historia es buena pero no atrapó al editor/vendedor, o quien tenía que decidir si era aceptada o no realmente no tenía el presupuesto para un nuevo material y en cambio se excusó con palabras ofensivas y lastimeras. Tú decides.
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Puede que tu rechazo se deba a que estás intentando en el sello equivocado. Algunas editoriales sólo se dedican a imprimir libros que generarán muchas ganancias. Quizá tu texto no vaya por ese rumbo pero ofrezca algo más importante, en ese caso, busca el lugar indicado para entregar tus escritos.
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Los constantes rechazos, una vez que ya tuviste una enorme pila de comentarios negativos, pueden ser una señal para pensar en autopublicarse. ¿Lo has pensado?
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Aprende a diferenciar la crítica constructiva del rechazo salvaje. Acepta uno y desecha el otro.
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Nunca pierdas los estribos y respondas los rechazos con una gran carta llena de furia y odio. Lo único que ganarás es sacar tus frustraciones de una manera poca civilizada y en cambio, perderás la oportunidad de entablar una relación con otros editores. Porque en ese mundo todos se conocen y pueden que se mande la señal de eliminar cualquier mensaje que venga con tu nombre.
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Enmarca tu rechazo en tu pared y tenlo presente día y noche. Alimenta tu espíritu de él y conviértete en una bestia salvaje decidida a ganar lo contrario.
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Aprende a vivir con el rechazo, todos los libros, películas o cualquier otro producto que deba ser publicado ha sido rechazado, no sólo una vez, sino ciento de veces. Anímate y continúa.
Cualquier persona que trabaje del arte y la creatividad tendrá que hacerse de un corazón de acero. Es una carrera visceral que te dejará sin aliento, incluso te hará cuestionar los motivos de tu existencia. Así es este camino, pero a diferencia de los demás trabajos, el tuyo, el mío, el nuestro, es el que mantiene coherente al mundo, el que mantiene el humano seguido del ser. Cuando todo se desmorone por los errores que los demás cometieron basándose en los fríos números, nosotros seremos los que partiremos en paz porque sabremos que hicimos lo correcto.
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