El descubrimiento de la sexualidad es un momento que queda marcado por siempre. A partir de las primeras pulsiones sexuales, la inocencia se evapora para no volver más. El contacto íntimo con otra persona pasa de ser incómodo a inquietante, de extraño a interesante, causando un misterioso placer, un cosquilleo que inaugura la adolescencia, producto de una revolución de hormonas que se gesta por dentro. El nerviosismo de los primeros acercamientos físicos advierte de algo aún mejor y al mismo tiempo se reprime por las convenciones sociales dominantes. El deseo de experimentar, de acariciar y ser acariciado, se apropia de la conciencia que trata de reproducir torpemente (y sin siquiera haberlo vivido) las sensaciones de un encuentro sexual.
La cultura popular bombardea la mente idealizando aquél instante como el más perfecto, un momento cumbre, de exaltación a la vida: sea a la orilla del mar, en la noche del baile de graduación o, si se quiere ir más lejos, mirando por una ventana que apunta hacia el Sena con la Torre Eiffel de fondo, pero la vida termina por aterrizar la realidad en lo furtivo de los primeros encuentros sexuales (que de ninguna forma desmerecen un sitio menos importante en la fantasía que el clímax parisino o la playa de la pasión) y tal vez nos encuentra aún lo suficientemente jóvenes e ignorantes como para hacer del momento prototípico por excelencia del amor consumado, un monumento a la torpeza y al desconocimiento de la fisonomía propia y ajena. Así se inaugura una vida sexual cuyos cauces y desembocadura desconocemos.
¿Qué habría sido de aquella primera vez si hubiéramos estado un poco más enterados, ya no del sexo y las técnicas de placer, sino del amor, de las relaciones de pareja y el desarrollo de la vida del hombre? Estas son ocho recomendaciones pensadas a propósito del tema, para reflexionar acerca de aquellos momentos en los que descubrimos el ejercicio de nuestra sexualidad a un nivel orgánico y que los más grandes entre los niños o los más jóvenes de los adultos deberían leer:
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“Las vírgenes suicidas” (1993) – Jeffrey Eugenides
Cinco hermanas adolescentes menores de edad cuyos padres son en extremo conservadores, viven en un barrio de clase alta durante la época de los 70, sin contacto con la realidad. Las chicas, en extremo atractivas, son la perdición de todo el vecindario. A través de una terrible tragedia, descubren las vicisitudes de la vida y su relación con el sexo opuesto. Después de una serie de incidentes, las chicas no tienen permiso para salir de casa e idean un plan junto con un grupo de amigos varones para escapar de la represión impuesta por sus padres.
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“Las batallas en el desierto” – José Emilio Pacheco
Este clásico de la literatura mexicana contemporánea cuenta la historia de Carlos. Retrata dos de los temas recurrentes en la obra de Pacheco: la obsesión por los detalles y la vida en la Ciudad de México durante los años 50, situando al lector en la historia con referencias políticas y artísticas de entonces, además del descubrimiento de la sexualidad durante la adolescencia en una ciudad convulsa.
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“La edad de la punzada” – Xavier Velasco
La historia de Xavier, un niño de once años que entra en la complicada etapa de la pubertad. Desorientado, no entiende la forma de administrar la poca libertad que ahora siente y evade su realidad constantemente mientras fantasea con salir con las chicas más guapas de su escuela. Una serie de malas amistades, decisiones inmaduras y errores lo llevan por un camino sinuoso en el que deberá decidir si seguir con esa vida o actuar más acorde con la realidad.
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“Forever” – Judy Blume
Catherine es una chica normal que un día conoce a Michael en una fiesta, un chico que le gusta sobremanera y con el que empieza a salir. Ambos cursan el último año de secundaria y saben que están por venir grandes cambios en su vida, decisiones difíciles, amistades que se dejan atrás y muchas nuevas experiencias por venir. Ambos inician su sexualidad de una forma real, que no es ideal como todo el mundo suele creer. He ahí el gran mérito de esta novela juvenil, mostrar las cosas tal y como son, a pesar de sus diálogos no tan profundos como una novela seria desearía.
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“De amor y de sombra” – Isabel Allende
La relación entre una reportera de clase alta con un joven en contra del régimen de Augusto Pinochet en el Chile de los años 70 es el marco de una historia que ahonda en los valores más importantes del ser humano: la igualdad, dignidad y la lucha por la libertad se vuelve prioritaria en dos vidas apasionadas que sufren los estragos políticos de la dictadura militar.
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“Los detectives salvajes” – Roberto Bolaño
La historia autobiográfica de Bolaño mezclada con fantasía, literatura policiaca y política latinoamericana hace de este libro un imprescindible en la narrativa contemporánea. El relato se cuenta a través del diario de uno de los protagonistas, Juan García Madero, un estudiante de Derecho que sueña con ser poeta y se encuentra con un grupo de jóvenes mayores que integran un grupo vanguardista. Juan iniciará una aventura donde descubrirá el significado del arte, la poesía, la literatura, la sexualidad y la amistad.
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“El principio del placer” – José Emilio Pacheco
Una colección de cuentos largos del ganador del Premio Cervantes 2009, narra a través de seis historias el descubrimiento temprano de la sexualidad, el amor, la amistad y los temas políticos que irrumpen en la realidad del México contemporáneo.
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“Lord of the Flies” (1954) – William Golding
La novela precursora de toda la literatura adolescente que se centra en futuros distópicos donde las dificultades por sobrevivir están a la orden del día, es la ópera prima de William Golding. Una gran guerra destruye todo el mundo y los jóvenes pasajeros de un avión aterrizan de emergencia en una isla desierta; retando a la naturaleza humana y salvaje, deberán crear un régimen fuera de toda sociedad para sobrevivir.
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