martes, 7 de marzo de 2017

,,,,

La extraña enfermedad que sufre los lectores de novelas

Habitualmente, oír voces que solo están en el interior de tu cabeza no parece algo demasiado bueno.
Asociamos las alucinaciones auditivas a la esquizofrenia y a otras variedades de psicosis, pero el investigador Charles Fernyhough, experto en Psicología de la Universidad de Durham, podría tener algo más que decir.
Y es que Fernyough, junto a su equipo de investigación, ha desarrollado el término "cruce de experiencias" para un curioso fenómeno: que los personajes se escapen de las páginas de una novela para intervenir en la vida cotidiana de sus lectores.
Esto, que puede parecer una exageración o una metáfora por parte de los científicos, es por el contrario muy frecuente: experimentar "voces y personajes más allá del contexto inmediato de lectura" es algo que ocurre en un 20% de los lectores, como descubre el estudio de Charles Fernyhough en la revista Consciousness and cognition.
¿Quién, al acabar de leer Rayuela, no ha sentido cómo se le sobrevenía un extraño acento argentino con problemas para pronunciar las erres? Durante días después de cerrar Los detectives salvajes de Bolaño, sus lectores vagan por sus respectivas ciudades creyéndolas México DF, y pensando que ven a las Font en cada pareja de hermanas que se cruzan.
Pero esto, que podría parecer un problema a la hora de percibir la realidad, puede que sea enriquecedor y positivo según las ideas de Fernyhough.
De hecho, el estudio del científico estadounidense se integra dentro de un proyecto más amplio de investigación desarrollado por su equipo en la Durham University y llamado 'Hearing the voice' ( Oyendo la voz), en el curso del cual han tratado de demostrar que oír voces en tu cabeza no es algo necesariamente negativo.
En un estudio hecho por Patricia Waugh, quien trabaja codo a codo con Fernyhough, se demostró que el 71% de las personas que afirman oír voces pero no están sometidas a tratamiento psiquiátrico escuchan solo "voces buenas o neutrales", y parece que este podría ser el caso de esos lectores que se pasan días con una pequeña Elizabeth Bennet hablándoles al oído después de finiquitar Orgullo y prejuicio.
Así que no, tal vez no estés enfermo después de todo. 
Es posible que tu problema sea solo que eres un yonqui de la lectura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario