domingo, 11 de diciembre de 2016

,,,,

8 Escritores que han renunciado a sus trabajos para dedicarse a escribir

Lo sabemos, todos queremos dedicarnos a hacer eso que amamos, a sentir que, en lugar de vender nuestro tiempo, nos esforzamos por ser mejores y contribuir con lo que nos apasiona. En el mundo de los escritores puede resultar un tanto complicado para quienes aspiramos a vivir de nuestra pasión.

Los escritores y sus trabajos


Toda mi vida soñé con poder dedicarme a la escritura. Y ahora que estoy intentando hacerlo, debo admitir que me produce un miedo terrible. Casi todos los días escuchó compañeros o “amigos” diciéndome que prácticamente es imposible que lo logre.


Charlotte Brontë trabajó como institutriz para familias acomodadas, en tanto que Harper Lee, autora de “Matar a un ruiseñor” trabajó como dependienta y teleoperadora para una aerolínea cogiendo las reservas de los billetes.


Margaret Atwood hoy en día es una de las escritoras más famosas, pero en sus inicios tuvo que trabajar en una cafetería, servía café y se encargaba de la máquina registradora.


William Faulkner fue empleado de correos. El autor de “El ruido y la furia” antes de convertirse en un célebre escritor, trabajó 3 años realizando tareas administrativas en una oficina de correos. Algunas anécdotas dicen que Faulkner no se tomaba nada en serio sus tareas y se pasaba el rato leyendo libros y escribiendo.


James Joyce: el reconocido autor de “Ulises” en sus inicios tuvo que ganarse la vida como músico, en concreto como pianista.


Stephen King, a pesar de ser uno de los autores más vendidos del mundo, el escritor tuvo un inicio duro. No conseguía trabajo como profesor y decidió quedarse con el puesto de bedel en el instituto que quería enseñar, le valió como inspiración para escribir su novela Carrie.


Wallace Stevens, autor De “De la simple existencia”, era abogado de seguros en la Hartford Accident and Indemnity Comapny, donde trabajó hasta su muerte. Para el poeta el trabajo no era una cosa tan mala, y aseguraba que gracias a esto había aprendido a ser disciplinado.


William Burroughs, el autor exponente de la generación beat, antes de alcanzar fama como escritor trabajaba como exterminador de plagas, oficio que aseguraba gustarle. Algún tiempo después bautizaría así una de sus historias breves y recopilación de cuentos.





Bukowski trabajó durante muchos años como cartero, y en más de una ocasión manifestó su descontento y poco gusto por su trabajo. Incluso llegó a expresar en una carta a su mecenas John Martin su insatisfacción por el sistema.




No hay comentarios:

Publicar un comentario