La fascinación de Del Toro por la ciencia ficción y la fantasía no es oculta; el director posee una casa repleta de objetos de colección que alimenta su genio relacionados
a esos géneros. Su influencia por las historias de este tipo se ha
visto reflejada desde el comienzo de su trabajo cinematográfico, pero a
diferencia de otros directores de esos géneros, el tapatío inserta una
oscuridad abrumadora en sus obras que contrasta con los elementos
llamativos.
Su estilo peculiar es reconocible por miles y el aspecto visual que define sus películas ha creado imágenes representativas que ahora son parte de la historia del cine.
Su estilo peculiar es reconocible por miles y el aspecto visual que define sus películas ha creado imágenes representativas que ahora son parte de la historia del cine.
Otro
aspecto de Guillermo del Toro que lo separa del trabajo de otros
directores es que, a pesar de sucumbir al “demonio” de las franquicias
cinematográficas (como lo hizo con “Blade II” y las dos partes de
“Hellboy”) logra implementar su propio estilo y crear obras de calidad.
Su impacto es tal, que cuando trabajó en una nueva versión del
videojuego “Silent Hill” con el legendario desarrollador Hideo Kojima se
desató una controversia que causó la cancelación del proyecto, la
versión de prueba cobró tanto valor que las consolas que lo tuvieran
descargado fueron puestas en venta con precios de hasta 600 dólares.
Pero
además de su inmersión en el mundo de los videojuegos y de diferentes
aspectos de la industria del cine, Del Toro también entró al mundo de la
literatura en 2009 con la primera parte de “La trilogía de la
oscuridad”; ese título no es en vano, los libros son complejas obras
psicológicas y de fantasía. Está conformada por los siguientes títulos:
–
“Nocturna” (2009)
Primera parte de esta historia que en un principio fue pensada como una serie de televisión y al igual que el resto de los títulos, fue escrita junto con Chuck Hogan. La trama comienza en el aeropuerto internacional de Nueva York, con una referencia a Drácula narra cómo todos los pasajeros de un avión están muertos y pálidos. Un ataúd es encontrado en el área de equipaje y contiene al vampiro conocido como “El Amo”. La historia se enfoca alrededor de lo que se piensa es un “virus” que causará una plaga de seres que beben sangre y cómo distintos personajes tratan de pelear contra ello. La narrativa integra elementos de suspenso con la tradición de las historias antiguas de este tipo de criaturas mitológicas.
–
“Oscura” (2010)
Stephen King llamó sus primeras 100 páginas como un
ejercicio sostenido de terror que mantienen al lector completamente
embelesado y encantado, porque Del Toro y Hogan escriben con una
autenticidad tan fresca tanto sobre lo fantástico (vampiros) como sobre
lo completamente real (Nueva York, con todos sus extraños recovecos). La
histotia continúa con una raza de vampiros que buscan combatir al “Amo”
y algunos afirman que el realismo con el que Del Toro trata a sus
personajes hace que la historia tome distintos niveles.
–
“Eterna” (2011)
Dos
años después del título anterior, este cierre de trilogía logró
sintetizar el sentimiento de horror y fantasía de los libros anteriores.
Llevó a los personajes en un camino de descubrimiento y eventual
resolución. Stephen King resaltó cómo los autores lograron darle a sus
héroes trasfondos trágicos, lo que le añadió riesgo e importancia a la
trama. Asimismo alabó el desarrollo de la acción y la
conclusión satisfactoria de la trama. Algunos afirman que la obra nos da
todo lo que podríamos pedir de un creador de la talla de Del Toro.
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