sábado, 1 de octubre de 2016

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5 mitos sobre el cerebro que siempre creíste reales

El cerebro es la estructura más compleja del Universo. El desarrollo de un órgano tan sofisticado llevó millones de años, desde los organismos más primitivos y hasta su versión más completa, el del homo sapiens. 10 mil millones de neuronas estimuladas por impulsos eléctricos que crean puentes de información donde se almacena el conocimiento, la memoria, destrezas, movimientos finos y cada uno de los pensamientos de cada hombre desde los orígenes de la conciencia.

El pensamiento abstracto, la capacidad de crear un lenguaje, la transformación del entorno a través de la consciencia y la aplicación del trabajo humano hacen a este órgano el más potente de cualquier ser vivo. La información que poseemos sobre su funcionamiento es básica comparada con cada una de sus estructuras. Losmitos sobre el cerebro, su uso y alteración se propagan por toda la red como verdad sin comprobaciones de por medio.

El efecto de la música clásica en el cerebro de los más pequeños, el uso mínimo de la humanidad de la materia gris, el alcohol que destruye a las neuronas y las grandes diferencias entre la corteza cerebral de hombres y mujeres son algunos de los mitos más aludidos cuando se habla del motor del sistema nervioso central. Conoce la realidad detrás de éstas y otras grandes falacias que rodean al cerebro:

El tipo de aprendizaje mejora la retención de conocimiento



En la pedagogía moderna, los “tipos de aprendizaje” son una teoría que se esparce como un virus por salones de clase, cursos, conferencias y coloquios ante los más incautos, que en aras de mejorar su experiencia para aprender, meditan profundamente si su aprendizaje se basa en los estímulos visuales, auditivos o kinestésicos. La mala noticia es que ningún “tipo de aprendizaje” es mejor que otro en términos generales y el conocimiento de un grupo no depende del sentido que utilice para aprender, sino del grado de atención y estímulos. Las neurociencias han demostrado hasta el cansancio que el proceso de aprendizaje depende de cada individuo y como tal, las estrategias varían dramáticamente en función de la capacidad de retención y comprensión.


Tomar alcohol acaba con las neuronas



El dolor de cabeza después de una noche de alcohol sin medida, no se debe a la muerte de neuronas ahogándose en tu trago favorito. Una investigación en 1993 del Instituto Bartholin de Dinamarca, estudió los cerebros de cadáveres de alcohólicos crónicos para determinar si los daños cerebrales sufridos por esta enfermedad se debían a una reducción del número de células del cerebro. Los resultados demostraron que poseían igual cantidad de células que un grupo de hombres abstemios al momento de su defunción. El alcoholismo crónico –especialmente en un corto periodo de tiempo– puede dañar las conexiones neuronales, pero se pueden regenerar inmediatamente después de dejar de beber. De la misma forma, largos periodos de beber alcohol sin caer en adicción no muestran disminución alguna en el número de neuronas del cerebro.

Resolver crucigramas mejora la capacidad de tu memoria



Durante años, las revistas de crucigramas fueron anunciadas como la fórmula para fortalecer las relaciones neuronales encargadas de la memoria. Después de más de una decena de estudios científicos de todas partes del mundo, la comunidad neurocientífica llegó a la conclusión de que resolver crucigramas es una estupenda forma de ejercitar el cerebro, poderosamente útil sólo para aumentar la destreza y velocidad mental cuando se trata de resolver otros crucigramas. Ninguna ventaja cognitiva o de memoria se asocia a la práctica continua de este pasatiempo.

Sólo utilizamos el 10% del cerebro



En 1907, uno de los primeros hombres en estudiar de lleno las conexiones neuronales, William James, afirmó que los humanos sólo utilizaban una pequeña parte de todos sus recursos mentales. En ese mismo año, un periodista popularizó la frase agregando el 10% para obtener mayor impacto, tergiversando la idea original de James. La noción se viralizó y un ejemplo de su aplicación incorrecta es “Lucy” (2014), donde Morgan Freeman actúa como un neurólogo que respalda el dato. En realidad, los humanos utilizan cada parte de su cerebro dividido en lóbulos, que funcionan para acciones específicas, mas no simultáneas.


La música clásica mejora el desarrollo cerebral



Un mito urbano reciente tomado como verdad por un sinfín de padres que, preocupados por el desarrollo neurológico de los más pequeños, reproducen a Mozart sin parar en el vientre materno, durante la siesta, en la comida o a la hora del baño de los bebés. Un famoso estudio de 1993 de la Universidad de Irvine, California, se encargó de alimentar esta ficción después de hacer un test de inteligencia a 36 estudiantes que escuchaban música clásica. La noticia fue replicada con gran velocidad y a raíz de su divulgación, decenas de estudios han tratado de demostrarlo de nuevo sin éxito, llegando a la conclusión de que este principio carece de sustento científico.

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