La narrativa que creó Antoine de Saint-Exupéry logró plasmar en una sola historia distintos niveles de significado e impacto; aunque pretendía ser un cuento para niños y que su lectura fuera la de un suceso cautivador entre los jóvenes, los retratos de experiencia y reflexión que subyacen en éste lo convirtieron en uno de los títulos más adorados del planeta por adultos con alma de niño. Si tuviéramos que nombrar a todos los fans de la obra, podríamos iniciar con una lista encabezada por los adultos que ahora vivimos con cierto arrepentimiento hacia la “madurez”, con un largo compendio de personas que actualmente no sabemos cómo es que llegamos a esto.
Publicado en 1943 y traducido a más de 180 lenguas, “El principito” es un viaje propio que, disfrazado de literatura infantil, es uno de los libros más introspectivos y juicioso que podamos tener en la humanidad. Igual que éste, ¿qué otros títulos podríamos gozar y que contengan ese carácter tanto crítico como sensible expuesto en el trabajo del aviador francés?
Sencillo. Sigue con esta lista y la mejor de las actitudes para continuar aprendiendo de esta vida.
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“Winnie the Pooh” (1921) de A. A. Milne
Mediante un lenguaje sencillo y una propuesta sin complicaciones, este libro lleno de talento es un salvavidas hecho de agradables momentos, diálogos inteligentes y un humor tan sincero como inocente. La reflexión sobre nuestros actos cotidianos y el buen planteamiento de lo ideado adquiere gentil prontitud con las aventuras del oso aficionado a la miel y sus amigos en el bosque de los 100 acres.
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“A través del espejo y lo que Alicia encontró allí” (1871) de Lewis Carroll
Secuela de esa magna obra literario-filosófica, habla en un lenguaje presuntamente ilógico sobre las vivencias más claras y profundas en el ser humano que recapacita su habitar en el planeta Tierra. Un evidente estudio de contrastes y opuestos posibilita en este título un escape de la realidad bastante singular; uno que, de hecho, nos ancla con mayor fuerza al suelo que pisamos.
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“Mujercitas” (1868) de Louisa May Alcott
Inspirada en los recuerdos de infancia de la autora, esta pequeña novela se ha convertido con las décadas en una guía de inspiración para cualquier persona que haya atravesado la juventud. Con fuertes reflexiones en torno al amor y la familia, las protagonistas del relato emprenden con el lector un camino de humor, enseñanzas y reflejos que muy pocas veces acontece en la literatura para jóvenes.
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“El mago de Oz” (1900) de L. Frank Baum
Una de las más respetadas producciones literarias del siglo pasado fue ésta, la de una niña que llega a una tierra lejana guiada por el deseo de no pertenecer más a la monotonía de su hogar; detrás de la línea principal, también existe un escenario ideal para aprender sobre la diversidad y las maneras como debemos llevar nuestro encuentro con el mundo. Con “El mago de Oz” se puede aprender desde moral hasta política.
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“El viento en los sauces” (1908) de Kenneth Grahame
Originalmente un relato en 15 cartas que Grahame le escribió a su pequeño hijo en forma de fábula, esta historia es un retrato fiel de la vida pastoral inglesa y los preceptos que deben reinar nuestra vida, basándonos en la amistad, el amor, la moralidad, la aventura y montones de poesía hecha imagen romántica.
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