LOS LUGARES MÁS SILENCIOSOS DEL MUNDO PARA LEER

 Shhhh. ¿Lo oyes? Es el silencio, ese tesoro tan preciado para los lectores, refugio de historias que corren por las páginas a mayor velocidad cuanto más nos concentramos. El silencio no siempre es fácil de encontrar. De hecho, diría que es un bien escaso. Como el tiempo, o incluso más escaso.

   Hace unos días traté de leer unos minutos. Cogí un libro, me senté en la cama, y lo abrí. El libro, interesante, no era capaz de atraer mi atención. De fondo, una televisión a todo volumen me tiraba cada línea abajo. Suerte la mía, porque era la de mis padres y conseguí que la bajasen.

   Ahora sí, pensé, volviendo al libro. Pero, cada pocas frases, varios ruidos de metal volvían a molestarme. Golpes de chapa del taller que tengo en el patio. Cierro la ventana, aun a pesar de que hace calor, para evitar esos ruidos. Pero no importa, porque el taller se encuentra en el sótano del edificio, y la máquina que da golpes (no sabría identificarla como algo diferente) está anclada a la pared que da a mi cuarto. Todo tiembla con los golpes.

   Minutos después, una bocina pita en la calle. A esas horas un padre pasa a recoger a sus hijos de la casa de un familiar, y pita en lugar de aparcar. Lo hace durante minutos, porque la señora que los cuida no oye bien.

   Y a este paso, yo tampoco, porque la alternativa es calarme auriculares. Leer con música es algo que me apasiona, pero que no quería hacer en aquel momento. ¿Por qué tengo que saturar mi oído con algo que no deseo oír solo para tapar algo molesto?

   Pero hay lugares en el mundo que no están infestados de ruido. Os presento algunos.

El desierto de Atacama (Chile)

   Igual me subo a un avión algún día para contemplar la eternidad del desierto chileno. Horizontes y horizontes de absolutamente nada dispuestos para que leas. Incluso la NASA lo usa para simular las condiciones de Marte (donde los cláxones quizá no suenen nunca).

   Es cierto que igual pilla un poco lejos, pero no digáis que no mola.

La ciudad de Ushuaia (Argentina)

   También en el continente americano está la ciudad costera de Ushiaia. Hace mucho que se conoce a esta ciudad como la ciudad del fin del mundo, y es frecuente este título en su turismo. Se trata de una ciudad del todo tranquila (y fría) en el extremo sur del globo por debajo solo queda la Antártida donde, aunque estamos seguros de que el silencio es consistente, casi mejor que no vamos a ir a leer.

Anza Borrego (EEUU)

   Parece que el nuevo continente es el continente de los lectores, pero es que el parque estatal de Anza Borrego ha sido declarado uno de los lugares más silenciosos del planeta. De hecho, el único ruido lo realizan ocasionales manadas de turistas armados con cámaras con las que fotografían, entre otras cosas, piedras, arena y arbustos bajos.

   De hecho en todo este parque natural (desierto) no hay nada más que eso. La escasa vida animal es prácticamente nocturna y bastante silenciosa. ¿A que apetece acampar con una silla, una sombrilla y un libro?

Asolo (Italia)

   Este pueblo italiano está tan lejos en la montaña que ha puesto nombre a toda una línea de botas para caminar. Se la conoce como la ciudad de los cien horizontes por unas vistas privilegiadas.

   Aunque el pueblo tiene una carretera, igual no te conviene ir en coche si no quieres que los menos de 10 000 habitantes te miren raro. Casi el total de los vehículos se encuentran aparcados en la plaza central, que sirve de parking a todos los vecinos. Si hay algo de ruido, es ahí, pero si te alejas no oirás nada. En este lugar se aprecia el silencio, la tranquilidad y el reposo. Caldo de cultivo de lectores ávidos.

Yap (Océano Pacífico)

   Yap es un conjunto de islas en mitad del pacífico donde la gente te mira mal si enciendes la música del coche. Tolerancia cero al ruido la de los habitantes de esta remota parte del mundo, a una hora de Palaos (la isla más cercana) que por cierto también está a tomar viento de casi todo.

   Esta isla está perfectamente posicionada para que vayamos a leer, bien lejos de cualquier cosa. Repleta de arena, palmeras y totalmente rodeada por un mar. Si crees que la isla te suena, es esa en la que la gente pagaba con piedras gigantes de dos metros de altura como la de la foto. Sin duda, mi favorito.

   ¿Con cuál te quedas? ¿Cuál es tu lugar favorito para leer tranquilo?