Una de las cosas que más amamos los lectores es encontrar esos libros de los que te enamoras y de los que no paras de hablar una vez que acabas de leer. Durante semanas solo hablarás de ese libro (y perderás a todos tus amigos por charla monotemática pero ¡qué importa! si has descubierto ese libro) y hasta soñarás con él. Lo vuestro es amor verdadero. Pero además de hablar de ese libro todo el tiempo, uno se ve arrastrado a una serie de emociones muchas veces contradictorias. Estas son algunas de las cosas que pasan cuando lees un libro sublime.
1. Quieres dejárselo a todo el mundo para que todos lo lean
2. No quieres dejárselo a nadie porque sufres pensando en que lo perderán
3. Quieres abrazar a los editores que decidieron publicarlo y quizás ponerle su nombre a tu hijo primogénito.
4. Aprovechas cualquier ocasión para hablar del libro en cuestión: Quiero 100 gramos de jamón serrano, que no esté muy salado… y … por cierto … acabo de leer un libro que…
5. Quieres leer todo lo que ha escrito ese autor
6. O no. Temes que el resto no sea tan bueno y que te lance a un pozo de desesperación
7. Quieres convertirte en el mejor amigo de ese escritor
8. En el caso de los periodistas lo suplimos con ¡¡quiero entrevistarlo!! Pero luego vives en tensión y terror absoluto porque temes que ese escritor sea desagradable, mala persona o borde. O que sus respuestas no sean tan grandiosas como su libro.
9. Vuelves a empezar a leer o pasas las hojas con aires soñadores y paras en los pasajes que más te gustan
10. Piensas dónde colocarlo en la estantería. Decididamente merece un lugar de honor.
11. Sufres pensando que esa pared es la que hace medianera con el baño. ¿Y si estalla una cañería? Lo cambias de sitio.
12. Si te vas de mudanza te llevas el libro contigo, en una bolsa en tu mano… No vaya a ser que se pierda en el agujero negro de las mudanzas en el que siempre se pierde algo.
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