Han quedado atrás los días en los que el libro era el único entretenimiento en el hogar. Pero tales cambios no son necesariamente a peor: después de todo, la variedad es siempre mejor que la misma ausencia. Sin embargo, a un niño acostumbrado desde la infancia a recibir información en forma “visual” desde la pantalla del televisor, Tablet o móvil, le va a ser muy difícil acostumbrarse a leer. La habilidad de comprender, entender y asimilar la información de lo que se lee, se ha convertido en una utopía, haciendo que los libros sean menos útiles y relevantes para ellos.
Leer un libro de una manera más ágil y rápida, entendiendo lo que se lee, puede impartirse en la escuela, pero el amor real hacia la lectura puede que solo lo aprendan de sus padres. Y conseguirlo no es tan difícil como pueda parecer, solo hay que recordar algunas reglas:
- Acostúmbrale a la lectura: Nunca es demasiado pronto. Es necesario que el proceso de lectura se convierta en algo común para él. Deja que te vea con un libro en las manos y recuerda que en cada libro nace una fantástica historia para él. Hay que hacer de la lectura un ritual regular y leer de 5 a 7 veces a la semana. Lo mejor muchas veces es que el niño sujete el libro y vaya pasando las páginas, así, a pesar de que todavía no será capaz de leer, empezará a tomar el libro como parte de su vida cotidiana.
- Lea un libro con diferentes voces y tonos. Siéntete libre de ponerle diferentes voces a los personajes: vas a entretener al niño mucho más y le vas a ayudar a seguir mejor la historia. Los padres pueden, incluso, leer alternativamente; de esa manera, aun siendo la misma historia, el niño se dará cuenta de que se puede leer de varias maneras.
- Vaya con su hijo a la biblioteca / librería. Enseña a un niño a interesarse por los libros tomando tú mismo la iniciativa. Para ello, podéis elegir juntos un nuevo libro para leer de cualquier librería o biblioteca. Junto con la ayuda del bibliotecario o del vendedor, puedes ayudar a decidir la gama de libros más adecuada para el niño.
- Leer con un niño más a menudo. Nada va a marcar más al niño que tu ejemplo personal. Si ve a sus padres regularmente con un libro en la mano, para él será el mejor ejemplo a seguir.
- Prepárate para leerle el mismo libro una y mil veces. Por desgracia, esta es la característica más común de los niños: la misma historia se puede escuchar una y otra vez, pero para ellos es como si fuera la primera. Lo mismo puede decirse de los juegos, donde se juega todos los días en el mismo escenario, o de los dibujos animados.
- Leer algo que te guste a ti. Poco a poco, el niño irá desarrollando la necesidad de ampliar constantemente su mundo de lectura. Para ello a veces se pueden hacer noches especiales para leer los libros favoritos de los más pequeños, pero no debemos olvidar que todos nosotros llevamos un niño pequeño dentro y seguro que te gustaría leer un libro en especial que te recuerde a tu infancia. Ábrele ese mundo a tu hijo y permite que amplíe sus horizontes. A todas esas cosas buenas que sacaréis se une una más: que estaréis más cerca el uno del otro.
Fuente: bosquedefantasias
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