jueves, 22 de diciembre de 2016

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La mujer mexicana Vs. la gringa

Te compartimos un poema de Paulina Rivera:
La mujer mexicana no camina sobre calles pavimentadas para evitar ensuciar sus zapatos.
La mujer mexicana no gasta horas pensando qué ropa usar para ir al molino y conseguir la masa del maíz más fresco.


La mujer mexicana no consume productos que se exponen en aparadores de la quinta avenida, ni se saborea el más reciente trago de gin tonic que el nuevo bar de la terraza ha experimentado.
La mujer mexicana no se embadurna las cremas ni polvos de Bobbi Brown para arar la tierra en las mañanas.

La mujer mexicana no sumerge los pies en agua de menta para sanar el dolor que dejaron los tacones después de bailar toda la noche.

La mujer mexicana no se pinta las uñas con barniz de rápido secado para tejer el huipil que le encargaron en la mañana.
La mujer mexicana no come ensaladas frescas aderezadas con sal del Himalaya para no perder la figura.

La mujer mexicana no es vegana por elección, pero sí por obligación que las hierbas de la temporada y las tortillas diarias le invitan.
La mujer mexicana no se cubre de la lluvia más fresca de la canícula para evitar rizar su planchado permanente.
La it girl americana no se desvela para acudir al trabajo en las mañanas y darle de comer a sus chamacos.
La it girl no se aprieta fuerte el chal a la cintura para que aguante al niño que va a dormir a sus espaldas.

La it girl no sabe hacerla de partera para ayudar a las vecinas a dar a luz, ni se sabe las recetas que el abuelo heredó para curar el catarro que toda la población padece empezando el año.
La it girl no se monta en el burro que sabe subir por la cuesta a la iglesia del pueblo.
La it girl no usa su pañoleta Hermes para cubrirse del viento que sopla fuerte y resuena en la sierra.
La it girl no se enjuaga las manos en el agua de río que baja acuestas por la calle de los milagros.
La it girl no presume sus enaguas en las bodas del pueblo que se celebran todos los domingos.
La it girl no habla con los arrabaleros que traen todas las tardes leche al pueblo.


Si la mujer mexicana fuera la it girl gringa seguiría preocupada, pero no le rezaría al mismo santo y tal vez sí hablaría libre el otomí.

Si la 
it girl gringa fuera la mujer mexicana no se sentiría amenazada por hablar un dialecto y tal vez sí tendría que comer esta misma tarde.

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