Para cada mujer existe un hombre que está dispuesto a entregar su vida. 
Si ella le dijese “escala la montaña más alta por mi amor”, él tomaría 
su abrigo, sus botas y una foto de su amada para emprender la aventura. 
Sería la prueba más difícil, pero bien dicen que lo más difícil es lo 
que más valor tiene. Por supuesto, ella es lo más valioso del mundo y a 
la vez la más difícil de conquistar.
Como complemento a los actos
 fantásticos están los románticos. Las osadías impresionan, pero los 
poemas terminan por seducir, por tal motivo hay que aprender a escribir 
uno. Es aquí cuando el hombre que está conquistando se debe convertir en
 héroe, trovador y poeta; en un versión moderna de caballero Don Juan y 
de profeta del reino llamado amor.
¿Qué se debe hacer 
para lograr el verso perfecto? La respuesta está implícita y 
explícita en las letras de Benedetti, Neruda y Lorca: hay que ser 
sinceros con uno mismo y con ella, en especial con sus ojos, los cuales 
son dos astros que brillan en la oscuridad para guiar el camino de los 
moribundos.
Si necesitas más ayuda debes tomar en cuenta 5 elementos a la hora de escribir:
–
1. Sentimientos
Cuando
 miras a la persona que amas, ¿qué pasa por tu mente? Piensa en palabras
 para describir cómo te hace sentir aquella persona. Cuando se besan al 
despedirse, cuando la noche los cubre y juntan su cuerpo o cuando sus 
manos se toman para completar el rompecabezas del amor. 
Si en 
verdad te pones en contacto con tus sentimientos te darás cuenta que las
 palabras no alcanzan a describir con certeza lo que sientes. En ese 
momento tienes que hacer uso de la metáfora. Según Helena Beristain, es 
una relación de semejanzas entres los significado de las palabras. Toma 
de ejemplo a Neruda, quien relacionaba a la mujer con algún bello 
paisaje natural. Así puedes comparar la tersura de alguna parte del 
cuerpo con otro objeto:
“[Ellas] se transformaron en la sal del sol;
aquella miel, aquel temblor del mundo,
aquel trigo del cielo”.
–2. Dramatización
En
 el sentido estricto, la dramatización le dará una identidad literaria a
 tu composición. Será como crear una historia, tu historia. No olvides 
ser algo nostálgico al describir cómo se conocieron. ¿Fue amor a primera
 vista? ¿Dónde se encontraron? ¿Qué pasó en la primera cita? Ve uniendo 
los puntos y elabora un relato romántico de ustedes dos.
Si 
quieres tomar el concepto de forma común, debes dejar fluir tu 
intensidad y entregar las palabras más desgarradoras que puedas. Toma de
 ejemplo a Ernesto Cardenal:
“Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido:
yo, porque tú eras lo que yo más amaba,
y tú, porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos, tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti,
pero a ti no te amarán como te amaba yo”.
–
3. Comparación. 
Si
 está escribiendo un poema de amor es porque alguien convulsionó tu 
mente, corazón y vida. Considera que a las personas les gusta saber cuan
 importante son, aprovecha el momento y explícale cómo cambió tu 
existencia su llegada. En tu escrito debes describir cómo eras antes (un
 ser gris y sin ánimos de vivir) y cómo eres ahora (un amador radiante 
dispuesto a bajar todas las estrellas del firmamento).
–
4. Ritmo
Cuando
 se trata del formato de un poema, la escritura de una rima o patrón no 
debe ser el foco principal de tu atención. Si una rima viene 
naturalmente, atrápala como un cazador, pero si las palabras llegan 
sueltas no te limites. En el amor no importa de qué forma se disfruten 
las parejas, la cuestión es que lo hagan. Si es así, ¿por qué tú 
deberías de aprisionar los versos?  Lo importante de un poema de amor es
 el qué y no cómo
–
5. Tono
Olvídate
 de los prejuicios. Eres una persona romántica y así debes expresarte. 
Si de tu mano salen las palabras más melosas no te detengas, no tiembles
 ni dudes. Escribe sin parar hasta que tu corazón esté en paz. El tono 
eres tú, tu voz y el color de tu alma.
En el mundo literario el 
tono está relacionado con la prosodia, parte que se ocupa de la 
pronunciación regular y correcta de las palabras con respecto al acento y
 a la cantidad o duración y otros tantos componentes poéticos. Este 
campo semántico sería importante si estuvieras escribiendo un poema 
académico, pero lo que tú quieres va más allá de las frías aulas; es un 
sentimiento libre, cálido y sublime. Déjalo fluir.
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