Los amantes de la lectura, como tales, tenemos una serie de problemas comunes. Es decir, hay una serie de patrones que se repiten en todos nosotros. Estos problemas, o digamos manías, nos hacen especiales pero a la vez nos unen entre nosotros porque solo entre los amantes de la lectura nos podemos entender. Hoy desde Nobel os vamos a contar cuáles nos resultan más curiosos ¿te sentirás identificado como buen amante de los libros que eres?
Algo por lo que siempre se nos puede identificar es por tener en todo momento un libro con nosotros, puedes preguntarnos por la calle, que seguro llevaremos en el bolso o en la mochila nuestro libro para poder aprovechar cualquier rato libre y leer aunque sea un par de páginas. Unido a esto, no podemos parar de leer, es como una adicción, nos sentimos atraídos y llamados por los libros de una manera extraña, la cual nos lleva a no despegar la vista del libro haciéndonos incluso llegar tarde a los sitios. Si eres un amante de los libros y vives en una gran ciudad, seguro que en más de una ocasión te has pasado de parada por estar leyendo sin descanso.
Cuando un libro nos entusiasma tiene la capacidad de hacernos perder el sueño. No en el sentido estricto de la expresión, tal como perder el sueño por no poder leer, sino que al leer nos acostamos más tarde por no saber dónde parar. Seguro que has experimentado esa sensación en la cual te dices a ti mismo que pararás cuando empiece el siguiente capítulo, pero lo que haces en realidad es comenzar con las primeras líneas solo para ver cómo seguirá y al final no saber dónde parar porque te has leído prácticamente ya medio capítulo.
Otra de las situaciones clásicas entre los amantes de los libros es que nos solemos quedar sin espacio en las estanterías, ya no sabemos qué hacer con nuestros libros y acaban acomodados en cualquier rincón. En esos momentos siempre acabamos pensando que lo de “el saber no ocupa lugar” siempre fue una gran mentira.
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