Más de quinientos años después de la invención de la imprenta, las bibliotecas digitalesamenazan con cambiar paradigmas
Más de quinientos años después de que la imprenta permitiera la proliferación de las bibliotecaspúblicas, el mundo del libro pasa por una nueva revolución, de tinta digital y pantallas táctiles, que desafía los pilares que sustentan el tradicional préstamo de obras.
Este año se estrenará en Texas la primera biblioteca totalmente digital de EE.UU., BiblioTech, que ofrece una colección de ordenadores y e-readers, que los usuarios se podrán llevar a casa para leer hasta 10.000 títulos almacenados en Internet, los cuales también serán accesibles vía web para quienes ya tengan dispositivos compatibles.
Si bien el proyecto es visto por sus impulsores como un modelo que podría cambiar el aspecto de las bibliotecas para siempre. Para otros, es un experimento condenado al fracaso: “No funcionará, no en este momento. La gente aún quiere libros impresos”, afirmó a EFE Carrie Russell, directora del Programa de Acceso a Información de la Oficina de Tecnología de la Asociación de Bibliotecas de EE.UU.
A FAVOR DE LOS LIBROS DE PAPEL
BiblioTech no es el primer intento similar en EE.UU., pues en Newport Beach (California), como en Tucson (Arizona), se plantearon bibliotecas digitales que terminaron por recuperar las habituales estanterías con libros ante las quejas de los usuarios apegados al papel. La fórmula, en cambio, sí ha prosperado en centros universitarios.
BiblioTech no es el primer intento similar en EE.UU., pues en Newport Beach (California), como en Tucson (Arizona), se plantearon bibliotecas digitales que terminaron por recuperar las habituales estanterías con libros ante las quejas de los usuarios apegados al papel. La fórmula, en cambio, sí ha prosperado en centros universitarios.
“Creo que mucha gente prefiere acurrucarse en la cama con un libro físico, le gusta la sensación de sostenerlo, pasar las páginas”, explicó Russell.
Otro punto a favor de los libros físicos es un tema de propiedad: durante años, las editoriales han vendido libros a las bibliotecas que adquirían la propiedad sobre los ejemplares, que prestaban a su discreción. Con los e-books, al igual que ocurre con un “software” o la música digital, lo que se negocia son licencias de uso, que se renuevan anualmente.
“Estamos preocupados, no queremos tener que pagar una y otra vez”, comentó Russell, que señaló que no existe un consenso sobre cómo tratar el asunto, el cual se está negociando entre bibliotecas y editoriales.
Mientras el debate continúa, hay que tomar en cuenta un dato: un informe del Pew Research Center publicado a finales de diciembre constató un cambio de tendencia en el mercado del libro. En 2012, el número de usuarios de “e-books” creció del 16 al 23% en EE.UU., mientras que la cifra de amantes del papel cayó del 72% al 67%.
¿Y tú qué prefieres? Los e-books o los libros físicos
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